
Hace casi diez años, decidí empezar este blog sin grandes pretensiones, simplemente como un espacio para plasmar ideas, reflexiones y aprendizajes. Nunca me propuse ser un escritor prolífico, pero sí priorizar la calidad sobre la cantidad. Con cada artículo, he descubierto que escribir no solo es un ejercicio de comunicación, sino también de orden mental y crecimiento personal.
A lo largo de estos años, el blog ha evolucionado conmigo. Ha sido testigo de mis inquietudes, de mi forma de pensar y de cómo han cambiado mis perspectivas con el tiempo. Sin ánimo de lucro ni presiones externas, sigue siendo un lugar donde las palabras encuentran su forma y donde cada texto tiene un propósito: compartir, cuestionar o simplemente dar vida a una idea.
Hoy, rozando los 100 artículos (ya por el 97), miro atrás y veo no solo un archivo de textos, sino un recorrido lleno de aprendizaje y creatividad. Y aunque no he encontrado una forma de agilizar el proceso de escritura, sigo disfrutando cada palabra que dejo entre líneas.
Escribo un artículo al mes, y os puedo decir que durante todo el mes estoy pensando sobre qué voy a escribir y sobre todo en qué título le voy a poner (me curro mucho los títulos, es marca de la casa). Cuando lo tengo, necesito una imagen, y no me vale una cualquiera; me puede llevar media hora generar la imagen con IA. Me creo mi prompt, la modifico mil veces hasta obtener el resultado y la calidad que quiero; creo entre 15 y 20 imágenes para seleccionar una, la mejor.
Con mi tema, título e imagen, comienzo a redactar y me lleva mi tiempo, de seis a ocho horas por artículo, incluyendo la correción ortográfica con Quillbot; algunos salen rápido y fácil (muy pocos en todos estos años), y la gran mayoría le doy vueltas y vueltas pensando en el qué, el cómo y sobre todo el porqué.
Sobre el estilo, intento escribir tal y como hablo, sin forzar las palabras, de manera natural y directa. Al tratarse de un hobby, he llegado a grados de libertad muy altos; para mí el lenguaje es plastilina y he hecho lo que me ha dado la gana con él.
Me he inventado muchas palabras, he cambiado el sentido de otras reescribiéndolas, he enredado con las mayúsculas y las minúsculas, he mezclado estilos (sobre todo el último año que me apetecía experimentar y volver a las raíces del blog), he jugado con los dobles sentidos, he mezclado idiomas, he unido letras y las he separado, he pensado escrito en voz alta, y os he hablado, retado y preguntado a los lectores en primera persona, siempre con una pizca de sentido del humor y algo de ironía.
A pesar de la seriedad del tema que os hablara. Siempre he intentado provocar alguna emoción al otro lado, en la del lector.
Me sobran los motivos.
Orden.
Instintivamente, es la primera palabra que me ha venido a la cabeza, para mí, escribir significa ordenar, moldear y darle forma a inquietudes que pasan por mi cabeza y van a toda pastilla; el hecho de sentarme a escribir el artículo me fuerza a ordenar esos pensamientos que fluyen a sus anchas en modo random por mis redes neuronales. Cuando los escribo, les doy forma, adquieren entidad y no se van a escapar a ningún lado; ya los tengo presos y por escrito.
Reflexión.
Las horas que me reservo para escribir son las horas que me reservo para pensar. La gran mayoría de artículos son pensadas o reflexiones en voz alta; el ajetreo de la actividad del día a día apenas me deja huecos para pensar. En todas las actividades de mi vida, la música me acompaña, pero cuando estoy escribiendo la publicación, apago la música y me concentro al máximo. Me reservo ese tiempo solo y exclusivamente para pensar, sin distracciones ni interrupciones.
Comunicación.
A las personas que venimos de formaciones técnicas, nos cuesta mucho expresarnos para comunicar una idea o un concepto. Luego, una de las razones por las que empecé a escribir fue para romper ese muro invisible; para mí era muy importante demostrarme a mí mismo que podía comunicar y trabajar la comunicación hasta dominarla. Comenzó como un reto personal.
Ya sea un podcast, un artículo, texto, audio o video, el formato es lo de menos. A día de hoy no concibo ninguna posición de liderazgo que no domine la comunicación, ya sea para seducir, persuadir, convencer, guiar, informar o simplemente para entretener.
Creatividad.
Lo he expresado en muchas ocasiones: para mí la creatividad es como un músculo que debo entrenar, y necesito actividades en mi vida en las que pueda desarrollarla. Escribir me permite crear un espacio mental que comienza con una hoja en blanco. En muchas ocasiones, tras escribir un artículo, he desbloqueado de manera indirecta retos o problemas del día a día que tenía en mi actividad empresarial o personal y que requerían de creatividad o idea feliz.
Para algunos, será la escritura; para otros, componer música o pintar un cuadro. Con el tiempo, he descubierto que estos espacios de expresión resultan clave para el crecimiento personal y profesional. Sin embargo, a menudo no los valoramos lo suficiente y nos dejamos arrastrar por el mantra de la productividad, en lugar de alimentar nuestra creatividad.
Libertad.
No lo voy a ocultar, y no tengo pelos en la lengua; escribir me permite ejercer mi derecho a la libertad de expresión. Sin este derecho, no somos nadie, desaparecemos. Sin embargo, muy pocos le damos la importancia que tiene. Expresar tu opinión, posición o punto de vista; nunca debería ser arriesgado o cancelatorio en una sociedad sana que quiere evolucionar, compartir, dialogar y construir.
Lamentablemente, a lo largo de estos años me he dado cuenta de que el precio cada vez es más alto. Leo a muy poca gente que realmente se moje (me caben en la palma de una mano), comunicadores y escritores que escriben con total libertad y defienden lo que creen; mayoritariamente, lo que leo entra en un espiral de texto anodino, formal, happy, happy, sin salirse del guion, sin sorpresas, pero la gente que realmente me influye son los que escriben desde adentro, los que me muestran autenticidad, independientemente de estar de acuerdo o no con ellos.
Este blog no deja de ser un vehículo de expresión de la opinión de un tecnólogo, con sus sesgos y defectos; ojalá tuviera la verdad entre mis manos, pero al menos lo intento.
No vendo publicidad en mis escritos, ni escribo para ningún medio, ni tengo ningún conflicto de interés de ningún tipo con nada, ni nadie, lo que me ha permitido escribir auténticamente, y llegar a este punto me ha llevado mi trabajo y esfuerzo; me tuve que crear mi independencia económica a través del emprendimiento para poder sentarme un domingo y escribir con libertad un artículo.
Entre líneas … historia breve del blog.
El blog comenzó en 2015, con Entre «bubbles» e historias del antiguo Egipto… un artículo que hablaba sobre el riesgo de caer en tu burbuja informativa, un escrito que ha aguantado muy bien el paso del tiempo. Por aquél entonces se trataba de una publicación semanal, que se publicaba simultáneamente en el dominio de pedrotrillo.com y en Medium, plataforma en la que se llegó a tener cierta atracción y usuarios.
Posteriormente, hubo un parón prolongado con muy pocas publicaciones desde 2017 a 2019, y en marzo de 2020 lo reactivé con periodicidad mensual hasta la actualidad, por aquél entonces estaba muy metido con follones de IA generativa y decidí reactivar el blog con el artículo La 3ª Generación Disruptiva, ya es Generativa. Al mismo tiempo, creé una newsletter en LinkedIn que replicaba los artículos mensuales del blog pedrotrillo.com
Sobre seguidores, tráfico y demás enredos, sinceramente, nunca les he prestado demasiada atención. Al no haber una motivación económica detrás, nunca me ha preocupado demasiado. Aun así, en LinkedIn, la newsletter cuenta con unos 2.500 seguidores.

En los últimos diez años, habré entrado al Google Analytics del blog un par de veces. Vamos, tráfico residual; solo los más cafeteros entráis directamente al blog oficial. Pero sé de buena tinta que entre vosotros hay gente realmente potente. Y lo que quizá no sabéis es que yo también os leo… y os admiro.
Los artículos originales se traducen al inglés y se incorporan a la newsletter mensual de mi empresa. Con los años y el contenido acumulado, la lista de suscriptores ha crecido hasta superar las 35.000 personas. Eso sí, en la traducción se pierde algo de magia, porque suelo usar expresiones muy españolas, incluso muy locales y alicantinas.
Aun así, unos cuantos guiris siguen las publicaciones con interés.

De las sombras al reinicio: crónica de un hackeo.
El 28 de Mayo de 2016, sábado, a las 15:52 entró un hacker al blog y literalmente se lo cepilló, parece que no era muy fan de los artículos, porque se encargó de dejarlo inservible con una avería bastante fea, por aquel entonces, había más de 30 artículos publicados, y me llevó algún tiempo reestablecer la base de datos.
En concreto fue la IP 47.60.41.199 desde un dispositivo de Apple, y a través del operador Vodafone, investigando el post mortem, parece ser que el hackeo se realizó desde Ibiza, sin embargo, fue my fácil identificar al hacker, si hubiera sido un ladrón físico de los que roban en las casas, se habría dejado el DNI, las llaves de casa y el coche en marcha con la matrícula y las llaves puestas.

Los acontecimientos que se desencadenaron tras aquel evento gratutito, generaron indirectamente una reacción en cadena hacia el emprendimiento tecnológico, una metamorfosis que os he ido contando fase a fase en este blog y que, en realidad, llevaba tiempo gestándose.
Si aquel ataque fortuito no hubiera ocurrido, probablemente no habría montado una startup tecnológica, ni me habría dedicado a la IA, ni habría escrito los artículos que vinieron después, en definitiva, no me hubiera dedicado a lo que realmente me gusta y me motiva.
Con el tiempo, y perspectiva, lo veo claro: fue una bendición.
Bendito hackeo, bendito blog.
No hay mal que por bien no venga.
Lo que viene …
De momento tres artículos más hasta llegar al objetivo de 100, un artículo sobre longevidad para marzo, un recopilatorio de los mejores artículos de estos diez años que se publicará en abril, y un artículo sobre 100 lecciones y aprendizajes, este último se publicará en Octubre, ya que necesito leerme con todo detalle los 100 artículos del blog y creo que va ya por las 400 páginas; en esa publicación quiero un x10 de calidad, luego necesito al menos cinco meses para prepararla.
A partir de entonces, vienen cambios. Hace meses bromeé sobre la posibilidad de convertir este blog en un código QR que viajaría en el mar en una botella de champán, pero no voy a hacer esa excentricidad (aunque me apeteciera en ese momento de estrés laboral). La periodicidad mensual cambiará a cuando tenga algo que decir; pueden ser 6 meses o 2 semanas, pero el formato de artículo largo lo dejaré para ocasiones muy especiales y puntuales.
A final de año, comenzaré a escribir en formato corto, en posts que publicaré en LinkedIn, todo un reto, porque no sé escribir en formato breve. Me borré Twitter porque para mí era una tortura sintetizar algo en 140 caracteres. Luego quiero dominar esa técnica de comunicación, o al menos lo intentaré.
Sobre la temática, debería ser Inteligencia Artificial, no porque sea un experto, ni mucho menos, sino porque le he dedicado más de cinco años de aprendizaje, he emprendido en este mundillo, he invertido todo mi capital en esta tecnología y he adquirido mucho conocimiento en el camino.
Pero sinceramente, escribir en 2016 o 2020 sobre esta temática tenía gracia, en 2022, 2023, también, pero a día de hoy todo el mundo escribe sobre IA, los que saben, los que no y los que lo intentan, luego me está dando mucha pereza; si lo hago, intentaré dar un punto de vista diferente, que salga de este mainstream generalizado que se ha creado…
Sobre la newsletter en inglés que incluye los artículos traducidos de este blog, también habrá cambios, por el volumen de suscriptores que tiene, pasará a tener una entidad propia fuera del dominio de mi empresa y no incluirá mis artículos personales mensuales; migrará a Behiiv y se constituirá como un producto independiente. En esa newsletter habrá publicidad y monetización; sobre la temática, será sobre negocio, estrategia e IA.
Sobre el blog en el dominio pedrotrillo.com, de momento se mantendrá; la lógica dice que después de esto vendría un libro, pero me he dado cuenta de que, si tuviera que escribir un libro, lo escribiría sobre cualquier cosa que me ha ocurrido en mi vida menos sobre lo que aquí os he escrito. Estoy experimentando con mi avatar de IA, que ya lo tengo creado; se llama MAiverick y me gustaría entrenarlo con los artículos y otras técnicas que estoy probando.
Las primeras pruebas han sido muy graciosas, y resulta que mi avatar de IA tiene más gracia y salero que el humano que os escribe. Luego puede ser que el año que viene, en lugar de los artículos, os lo encontréis en el blog y podréis charlar con él directamente. En cualquier caso, dejaré siempre los publicaciones disponibles para que podáis acceder o descargarlos.
Estos son los cambios que vienen este año. Lo confieso: me encanta escribir, lo disfruto muchísimo, pero los días solo tienen 24 horas. Además de gestionar mi startup tecnológica, Vizologi, ahora también compagino una nueva aventura empresarial que inicié el año pasado junto a mi compi de coworking, ahora socio, Andrés Karp, con DinamicBrain.
Lo que comenzó como una amistad se ha convertido en una relación estratégica; juntamos nuestras cabezas y aparte de divertirnos, hemos creado un gran negocio en un tiempo récord, luego estamos muy contentos con los resultados iniciales; dos perfiles radicalmente diferentes, pero totalmente complementarios. Desde DinamicBrain, asesoramos a nivel ejecutivo a diversas empresas para diseñar y ejecutar la mejor estrategia de implementación de IA en sus negocios.
Aún tengo muchas inquietudes empresariales por resolver y varias startups tecnológicas que quiero desarrollar a largo plazo, me motiva mucho llevar lo que llevo en marcha, así como sacar adelante nuevos retos empresariales a futuro, y desafortunadamente, no le puedo dedicar más tiempo a escribir.
Pero no tengo dudas: en una etapa más avanzada, en un periodo laboral más tranquilo y maduro, me dedicaría solo y exclusivamente a escribir.
Sería la señal definitiva de que todo ha ido muy bien, tiempo al tiempo ; )