Me da la impresión que acabamos de entrar de lleno en lo que le podríamos llamar la tercera ola disruptiva, o el tercer cambio tecnológico, o quizá sea el cuarto o el sexto, no lo sé, depende de a quién le preguntes, en este artículo, os razono el por qué de esta sensación basada en la propia experimentación.
Si entendemos que el primer gran cambio en Internet culminó en lo que le llamamos, la burbuja de las .com del 2000, en la que se creó desde prácticamente cero la parte robusta del protocolo y las comunicaciones, infraestructura, las primeras aplicaciones, y como no, la tormenta perfecta entre nuevas empresas e individuales que pensaron que Internet se acabaría en 10 años, y vaya lo explotaron rondando el inicio de siglo.
Entenderíamos la segunda oleada, como los modelos de plataforma multilateral que han arrasado en la última década, aquí destacaría los unicornios de Uber, o Airbnb; La transición del producto al servicio bajo demanda, con Netflix como máximo exponente, la explosión de las redes sociales como facebook, y la culminación de la década con los desarrollos y procesados de big data, convirtiendo a los datos, en el llamado, el nuevo oro.
La tercera fase, le podríamos llamar la cognitiva, detrás de la fase de datos, viene la de entrenamiento, por Internet los datos han viajado siempre, pero ahora van a adquirir un nuevo sentido hacia una capa de aplicación cognitiva, donde confluyen las datos entrenados con machine learning, que derivarán hacia diferentes tipo de Inteligencia Artificial, entre ellos la generativa.
Los que me conozcáis y sigáis este blog, sabéis que me dedico a un proyecto empresarial que se llama vizologi, una aplicación online diseñada para crear modelos de negocio a través del método de innovación denominado mash-up.
Os quiero contar el proceso creativo que desarrollé en lo que fue la idea inicial del proyecto allá por el verano de 2016, por un lado me inspiró un video de Autodesk, que presentaba los primeros trazos de lo que ellos le llaman diseño generativo.
Más o menos al mismo tiempo, no sé cómo llegué al primer corto del mundo generado con Inteligencia Artificial, se llamaba Sunspring, y su guión lo había generado un asistente artificial llamado Benjamín, me dejó literalmente noqueado este vídeo, siendo bastante rara la experiencia, pensé que esa capacidad de la IA generativa que acababa de ver, tenía un potencial tremendamente disruptivo.
Investigué bastante acerca de cómo se generan los procesos creativos en los humanos, en la que la creatividad no deja de ser un mecanismo combinatorio en el que unimos piezas dispares que pertenecen a un puzzle aún por crear.
Con la inspiración de esos 2 videos, preparé la coctelera y combiné lo que más me gusta, la estrategia empresarial, junto con la innovación, tecnología, creatividad, y el modelado de negocio, hasta llegar a concretar un sólo concepto, vizology (con i griega al final por aquel entonces, verano 2016), sería la primera Inteligencia Artificial del mundo que crease business model canvas generativos.
A futuro, habrá miles de nichos de mercado en el territorio de Ia IA generativa, pero en mi caso, quise apuntar a un mercado a un entorno cerrado, pensé en todos los tipos de documentos que había generado en mi vida, y llegué a la conclusión que ya que nos ponemos a crear esta IA, tendríamos que darle un buen sentido, la plantilla de business model canvas, representa en sí mismo un patrón mundial, para generar ¿qué? Simplemente, INNOVACIÓN en estado puro, eso es lo que quería producir, hacía aquí apuntan todos los pasos de vizologi.
El pasado mes de Enero, dentro del primer comité anual con mi socio, insistí en la estrategia de comenzar cuantos antes los desarrollos en IA generativa previstos, insistí varias veces, que a día de hoy en 2020, ya llegábamos tarde, y que con la mayor premura posible, debíamos encontrar el capital para empezar las desarrollos de IA generativa que necesita nuestra empresa.
Lejos de 2016, a día de hoy estamos un pasito más cerca de conseguirlo, insisto la carrera acaba de comenzar, y las empresas que tomamos ese tipo de riesgos tecnológicos e innovadores de este calibre, debemos superar muchas adversidades antes de llegar a tocar el premio, esto es una carrera de fondo, nunca se puede plantear como un sprint.
Siempre he explicado a mis allegados, que el potencial de la Inteligencia Artificial, no se puede evaluar en términos de capacidad predictiva, es decir, venimos de la segunda oleada, en la que mayoritariamente hemos visto implementaciones dentro de un entorno empresarial predictivo, que pueda ayudar en la toma de decisiones de la empresa.
Fijándonos en ese valor como el diferencial, reitero que el valor no está en lo predictivo, si no es la capacidad generativa de la IA, esto si que es totalmente disruptivo, lo otro es una rama de la estadística matemática.
Pensad en todas las tecnologías que te rodean desde los últimos 20 años, y encontraréis un patrón único, todas requieren intervención humana para poder crear algo, son tecnologías pasivas, que te ofrece funcionalidad para poder ser más productivo en tu trabajo, son tecnologías que ayudan, pero no autogeneran nada por sí mismas.
La IA es la primera tecnología que tiene capacidades generativas, y este concepto lo cambia todo, a nivel productivo, a nivel económico, a nivel social, esta es la funcionalidad que lo cambia todo.
Os explico un breve ejemplo real que ha sucedido en mi empresa esta semana, para que entendamos el impacto brutal que va a tener esta tecnología en la vida de todos para la próxima década.
Estamos preparando una tercera versión de nuestra página web, en la que se está preparando un nuevo video explicativo, surgió una discusión de ver cómo grabábamos la voz en off del video, y aparecieron varias opciones:
Opción 1: Empresa de 1ª Generación. Servicios ad hoc no escalables. El camino tradicional, se va a la Agencia de Marketing (nº 3625164316843513654) y se le contrata ese servicio, con una previsión de 10 días y un coste aproximado de 180 €.
Opción 2: Empresa de 2ª Generación. Plataforma multilateral que une clientes con expertos en servicios digitales. Se accede a la plataforma de Fiveer, y obtenemos con dos clicks un maravilloso marketplace con los mejores profesionales online con inglés nativo, de hecho hasta se hizo la selección de la profesional que queríamos para grabar el audio. El tiempo estimado de la entrega sería de 2 días, y el coste aproximado de $36.
Opción 3: Empresa de 3ª Generación. Inteligencia Artificial Generativa. Exploramos nuevas soluciones, se pensó que ya debería existir una empresa de IA generativa con la que pudiésemos grabar ese audio, ‘et voilà !’ llegamos a la startup Wellsaid, la primera plataforma en Internet que te permite generar pistas de audio a través de texto escrito, con más de 50 perfiles de narradores diferentes. Coste 0, dentro de un trial gratuito, tiempo de ejecución … no llegó a la media hora.
Queridos lectores, la opción 3 lo cambia todo, y no estamos hablando de ciencia ficción, estamos hablando de una tarea normal y común hecha en la primera semana de marzo de 2020, piensa en los cientos y cientos de tareas que te rodean en tu día a día, puede ser grabar un pieza de audio para un video, crear un informe, realizar un análisis, responder un correo, hacer una planificación o diseñar un logo.
Hilando fino podríamos dividir todas nuestras tareas productivas en dos grupos, las tareas de “papelería” (como le llamo yo en mi día a día) las que son repetitivas o automatizables, aquellas tareas de escribe, edita, produce, corta, pega, exporta, adjunta, etc, y las tareas más intelectuales o trascendentales, donde la creatividad humana o ese instinto que nos caracteriza aporta un valor único y diferencial.
El problema viene que en este bypass entre la revolución industrial y la digital, debe de haber un porcentaje altísimo de población que se dedica a las llamadas tareas de “papelería”, venimos de un sistema industrial en la que hemos convertido en autómatas a los humanos, y en la que un pequeño grupo de humanos van a sustituir con software a la otra gran parte de humanos que ganan sus salarios realizando este tipo de tareas.
Es inevitable, no os creáis ese discurso vago de esto ya ocurrió con otras tecnologías y en otras épocas, y al final siempre se creó nuevas profesiones, y nueva riqueza.
NO, amigos, hay una parte de la IA, que en cierto punto es aumentativa, que amplifica las habilidades del humano, y hay otra parte enorme que es totalmente sustitutiva, ambas generarán gran riqueza y prosperidad en el largo plazo, pero en el corto plazo reemplazan de una manera extraordinariamente eficiente la labor que antes hacía un humano.
Y en esta década de ajustes económicos productivos. Se crearán océanos de desempleo sin precedentes, ya sean operarios de un puerto mercantil, un agente de atención al cliente, un secretario, un examinador de documentación, un editor de vídeo, cualquier profesión, en prácticamente cualquier sector se va a ver impactada.
En la próxima década, nuestra concepción de qué significa el trabajo va a cambiar radicalmente cuando nos enfrentemos a estos cambios tan bruscos en menos de 10 años, el concepto del propósito de tu actividad laboral adquirirá un peso tremendo.
Esto ya no se trata de voy a obtener un buen empleo que me genere mi sueldecito a fin de mes y conseguir la seguridad que necesito, esto va de cuál es mi misión en el mundo, cuál es el propósito de mi trabajo, en qué área puedo aportar un valor único y diferencial.
Reflexionemos un segundo sobre el ejemplo real que os he comentado en el artículo, en este escenario real, la agencia de marketing o empresa de primera generación, directamente ni juega la partida, desaparece del mapa, sus servicios ad hoc, digamos “tradicionales”, los sustituye un software online.
La fuerza laboral de autónomos deslocalizados que actualmente trabajan en la plataforma de Fiveer (lo que parecía la tendencia del siglo) también desaparecen de la ecuación, forzando a esta plataforma de segunda generación a replantear su producto de cabo a rabo para no desaparecer, en la que cada una de esas micro-tareas que ofrece a través de intermediarios serán elaboradas por IA generativas de aplicación específica.
Sin embargo, para la startup de tercera generación, Wellsaid, quizá le esperen unos 3 ó 4 años duros hasta que se asimile y popularice la adopción de este tipo de servicios por parte del mercado, superado ese periodo “el valle”, el futuro es suyo.
Estamos hablando de adopción de cambios que en muchos casos no superan la década, o ni siquiera los cinco años si me apuras, junto con Wellsaid surgirán cientos de miles de micro-empresas que directa o indirectamente cubrirán, cientos de miles de nichos de micro-tareas.
Y tu empresa ¿a qué generación pertenece?
Pedro Trillo, Maverick en vizologi.
vizologi.com