Filosofía de trabajo en remoto (parte 5 de 5).

Foto de Croissant en Unsplash

El trabajo en remoto venía como una tendencia de futuro que se estaba empezando a implementar desde el 2010 aproximadamente con diferentes grados de penetración que dependía en gran parte de la tipología de empresa, el área de actividad, y el estado de avance tecnológico del país entre otros factores fundamentales y culturales.

Dentro de la pandemia de Covid-19 que estamos viviendo, más que una tendencia, se ha convertido en una necesidad primaria, en la que todos estamos cambiando nuestros hábitos de trabajo a gran velocidad, no es lo mismo trabajar desde casa, que ir a la oficina, el trabajo en si no va a cambiar, pero el entorno en el que lo desarrolles va a ser totalmente diferente.

Tu hogar, ahora es tu oficina, pero no se trata simplemente de abrir tu ordenador y cambiar el escenario de trabajo, se trata de una cultura empresarial nueva, de un conjunto de cambio de rutinas y hábitos, al fin y al cabo de un cambio de mentalidad, una adaptación al medio.

Si alguien puede dar consejos sobre cómo trabajar el remoto, ese es el fundador de Basecamp, Jason Fried, allá por el 2013 publicó el libro “Remote: Office Not Required”, y os tengo que decir que a nosotros nos influyó muchísimo a la hora de optar por una estructura empresarial en remoto y deslocalizada.

Ellos llevan más de 20 años enseñándonos a cómo trabajar en remoto, siguiendo sus pasos y lecturas en vizologi implementamos al 100% la cultura de trabajo en remoto desde el primer día, trabajando con varios perfiles en el equipo desde distintas localizaciones en el mundo.

Nuestra cultura tiene una premisa fundamental que trata de buscar y cuidar al talento desde cualquier parte del mundo, entendiendo que éste no tiene límites regionales, ni se ciñe a la ciudad principal donde se instala la oficina o el campamento base.

A día de hoy, os tengo que decir que funciona extraordinariamente bien y estamos muy contentos con la estructura empresarial en remoto. La primera dificultad está en la implantación del concepto de trabajar desde cualquier parte del mundo y la segunda se encuentra en cómo trabajar con diferentes franjas horarias.

No tiene misterio, simplemente tenéis que matar el concepto de URGENTE, en nuestra startup lo único urgente es un caída del servicio, todo lo demás puede esperar, lo que intentamos trabajar es sobre lo IMPORTANTE, en el que cada uno asume más que un rol, una responsabilidad sobre un conjunto de tareas muy bien definidas.

Trabajar en remoto por naturaleza te obliga a llevar una disciplina de la organización empresarial muy alta, más que en presencial, entonces ocúpate de definir perfectamente bien qué es lo que quieres, trocéalo en tareas y distribuye el trabajo a través de plataformas de colaboración.

Podéis usar decenas de aplicaciones y plataformas diferentes para trabajar en remoto, en el mercado hay software y plataformas que cubren el 100% de vuestras necesidades de trabajo en remoto, ese no es el problema.

Intentad olvidar los procesos de gestión interna y centraos en una buena configuración de esas plataformas virtuales, que no van a ser otra cosa más que vuestra oficina física virtualizada. En el mundo digital y en remoto los procesos analógicos de gestión y operación de una empresa se sustituyen por configuraciones de funcionalidades que te ofrece un software online.

Esto es clave para trabajar en remoto. Darle una buena pensada a las configuraciones iniciales de estas plataformas colaborativas, pensad en flujos de trabajo, más que en procesos y traducir esos flujos a configuraciones personalizadas, una vez que lo logréis el segundo paso será mantener la disciplina de actualización de estas herramientas.

Y por último crear vínculos de confianza fuertes entre los trabajadores, no puede funcionar una estructura de empresa en remoto, si no confías en aquél que está trabajando a más de 400.000 km de distancia.

Esta semana comprobamos que ante la reciente explosión de teletrabajo que ha provocada por la pandemia, se han disparado los usos de aplicaciones ilegales de vigilancia de empleados, “esos pequeños troyanitos que os instalan algunos jefes en vuestros ordenadores”.

Todo esto de la transformación digital y del trabajo en remoto no valdrá de nada en vuestras empresas, si no os habéis preocupado de lo más básico; Cultivar relaciones humanas de confianza entre vuestros trabajadores.

El trabajo en remoto es un herramienta todopoderosa para la empresa y para la libertad del  trabajador, cuando se establece un vínculo humano de confianza, no por usar 10 plataformas de software colaborativo a la vez, ni por espiar a los empleados, todo parte de cómo estableces los lazos de confianza, la organización a día de hoy es tremendamente sencilla y ágil usando herramientas de trabajo colaborativo.