Agilización de las operaciones como proceso de iteración continuo (parte 4 de 5).

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El mundo, los mercados, tus clientes, todo cambia extraordinariamente rápido, entendamos la crisis del Covid como la expresión alcista de un mundo tremendamente incierto y cambiante,  AGILE (como le llamamos los frikis tecnológicos) simplemente es una metodología de trabajo extremadamente flexible que te permite adaptarte o liderar cambios a la misma velocidad que suceden.

En Agile no hay planes a 4 años, no hay previsiones anuales, ni semestrales, ni trimestrales, se trabaja con ventanas de tiempo de 1 MES, luego se trata de entregar la mejor versión de tu empresa en un proceso iterativo infinito que no dura más de un mes, no hay planes a medio y largo plazo, sino un backlog de tareas que se reorganizan continuamente dentro de unas unidades de tiempo llamadas sprints.

Pero qué duda cabe que existe mucho “hype” injustificado, empresas de fabricación de cartón me han preguntado por Agile, cuando se referían a “Lean Manufacturing”, se ha creado una especie de etiqueta fácil generando mucho ruido y entendiendo a la metodología como de propósito general para cualquier empresa y actividad.

Agile tiene sentido siempre y cuando estés en un entorno de desarrollo software, o desarrolles productos o servicios digitales, implementar Agile en una fábrica con maquinaria no te va a funcionar, implementar Agile en una agencia de marketing, tampoco te va a ayudar.

En realidad si revisamos la raíz del movimiento, el mensaje, la filosofía y los valores culturales, son extraordinariamente potentes, lógicos y sencillos.

Manifiesto Agile.

  • Los individuos y las interacciones sobre los procesos y las herramientas.
  • Software que funcione sobre documentación completa.
  • Colaboración continúa del cliente sobre la negociación de un contrato.
  • Responder a cambios en lugar de seguir un plan cerrado.

Por naturaleza, AGILE simplifica extraordinariamente los procesos de gestión, se trata de una metodología flexible en todos sus aspectos, te permite adoptar y generar cambios de una manera fluida, se trata de adoptar una estrategia de desarrollo incremental, en lugar de la planificación y ejecución completa del producto.

De hecho se puede decir que lo único constante en AGILE, es el cambio.

Por definición, las metodologías ágiles son aquellas que permiten adaptar la forma de trabajo a las condiciones del proyecto, consiguiendo flexibilidad e inmediatez en la respuesta para amoldar el proyecto y su desarrollo a las circunstancias específicas del entorno.

Si has estado trabajando con métodos tradicionales, sabes que te basas en planificaciones a corto, medio y largo tiempo, teniendo una perspectiva de alrededor de un año, cualquier cambio que realices dentro de esta previsión, significa un tormento para todo el equipo, así como para la terceras partes involucradas.

Estas estructuras se caracterizan por la rigidez, donde destaca un alcance cerrado y acordado previamente, y unos criterios de calidad en la redacción de documentación.

Sin embargo trabajando con metodologías ágiles, ese cambio inesperado es el core de tu actividad, no se trata de un imprevisto, sino de una readaptación continua en el medio, es un respuesta casi en tiempo real que te está demandando el cliente, una reacción al cambio en el mercado.

El proyecto o servicio se va resolviendo por pequeñas entregas en las que la participación del cliente es activa, replanteando aspectos que inicialmente no se contemplaban.

En esencia, las empresas que apuestan por esta metodología consiguen gestionar sus proyectos de forma flexible, autónoma y eficaz reduciendo los costes e incrementando su productividad.

Las metodologías ágiles potencian conversaciones directas frente a la comunicación basada en documentación escrita.

Los equipos de trabajo se auto-gestionan, dando libertad a los roles.

Ventajas de ser Agile.

  • Las metodologías ágiles mejoran la satisfacción del cliente dado que se involucrará y comprometerá a lo largo de todo el proyecto o servicio.
  • Mejora de la motivación e implicación del equipo de desarrollo ya que todos los miembros del equipo conocen el estado del proyecto en cualquier momento.
  • La aplicación de una gestión ágil permite ahorrar tiempo y costes.
  • Se trabaja con mayor velocidad y eficiencia (entregas parciales del producto).
  • Las metodologías ágiles permiten mejorar la calidad del producto.
  • Alertar de forma rápida tanto de errores o problemas que puedan sucederse a lo largo del proyecto.
  • Las metodologías ágiles permiten rentabilizar nuestras inversiones, gracias a la realización de entregas tempranas el cliente tendrá rápido acceso a aquellas funcionalidades que aportan valor acelerando el retorno de la inversión.

Estamos migrando desde las metodologías de proyecto tradicionales dentro de estructuras de organización basadas en procesos hacia metodologías de innovación, marcos de trabajo, y técnicas de adaptación continuas.

Flujo de trabajo en proceso de innovación

Todo depende de la tipología de proyecto o servicio a gestionar, no hay recetas de gestión mágicas para todos en todo, pero qué duda cabe que lo ideal sería combinar la robustez y calidad de las metodologías tradicionales con la flexibilidad en el cambio de las metodologías ágiles. Quien sabe, quizá algún día lo consigamos.