Sophia… ¡¡¡Vas muy rápido!!!

Hace unas semanas Hanson Robotics presentó en sociedad a Sophia, más que un robot un inicio de androide, conversacional y muy evolucionado.

Su característica principal se centra en hablar e interactuar con los humanos. Ofrece asistencia en áreas como la medicina, la terapia y los servicios enfocados en la asistencia directa a cliente. Dispone de gestos naturales integrados, reconoce la imagen de su entorno, memoriza las conversaciones y, aplicando machine learning, cuanto más trabaja, más aprende, más desarrolla sus habilidades y sobre todo sus aspiraciones.

Atendiendo a las teorías de la singularidad cabe destacar un dato importante: a priori, 2015 era el año en el que la inteligencia artificial iba a llegar a la capacidad del cerebro de un ratón.

Estamos en 2016 y la Audrey Hepburn robótica bromea y satiriza en un escenario en el que los androides destruyen la humanidad.

Estos hechos ya nos deben hacer pensar en que hemos superado el delta tecnológico. Es más, según mi apuesta, pienso que fue en 2013 cuando se produjo este cambio exponencial.

Su primo Aaron no tiene hardware asociado, pero hay que reconocer que pinta como un gran artista:

Esta obra se basa en un artículo de la guerra de Afganistán, del periódico The Guardian, en el que analizando palabras como OTAN, tropas, Gran Bretaña y combinando la aplicación de colores según el estado de ánimo, el software se inspiró para crear esta obra.

The Day a Computer Writes a Novel es el título de la primera novela literaria de ciencia ficción escrita al 100% por una maquina. Este escrito se presentó este año en el premio nacional de literatura japonesa.

Beyond the Fence es el primer musical de la historia creado por computadoras. El argumento lo creó un software que analizó las mejores obras contemporáneas, otras dos máquinas moldearon la música y a los intérpretes según el estudio de las descripciones de los sucesos que ocurren en el argumento y uniendo el contenido afectivo asociado, generando así los arcos emocionales de cada personaje y acto en escena.

Si el ARTE es entendido como reflejo de la sociedad en la que vivimos y como la mayor expresión humana —en la que se desarrollan ideas, emociones, visiones y pensamientos—, ya está siendo conquistado por las máquinas, ¿qué nos queda para no perder nuestra identidad humana?

La singularidad ya está aquí.

Pedro Trillo, Maverick en vizologi.

vizologi.com

Deja una respuesta