En Internet, nada estaba en los planes

1981, nace el protocolo de comunicación TCP/IP y se empieza a hablar de algo etéreo llamado «Internet». Hasta la fecha, durante los años 60 y 70, se había estaba jugando con conexiones a través de un módem entre computadoras usando como medio una línea telefónica y mediante la cual se llegó a enviar algún e-mail.

20 años antes, el proyecto de investigación ARPANET dibujó lo que podía considerarse una red de redes, en la que se produjo la primera comunicación de paquetes. ARPA se basaba en un concepto anterior primitivo que se denominaba «Red Galáctica», cuyo objetivo no era la conexión de personas a través de un interfaz máquina, sino la concatenación de varias máquinas para evolucionar en los primeros trazos de lo que se denominó Inteligencia Artificial.

Por aquel entonces los ordenadores, no dejaban de ser cacharrazos inmensos que partían del invento de la máquina de escribir, te visualizaban líneas de código en formato fósforo, realizaban operaciones y te dejaban entretenerte con algún jueguecito, pero todo cambió en el momento en el que esa máquina se conectó a un medio de transmisión telefónico.

Tecnólogos, futuristas de aquella época, intentaron realizar un previsión acerca del escenario que venía, para intentar así entender que era lo que se podía hacer con aquello que tenían entre sus manos. Pensaron en temas como el hipertexto o hiperlink. Algún gran aventurado como Nicolas Negroponte, director de MIT Media Lab, comentó —dentro de una convulsión de crítica— que se podría interactuar con librerías, hacer comunidades virtuales o incluso comercio electrónico.

Pero ni en la previsión más tecno-optimista o fantástica de la época se llegó a pensar en qué ocurriría en un 1 minuto de Internet en 2016. No entraba en ninguno de los planes, aquellos que en su día experimentaron los inicios se deben quedar boquiabiertos con la interacción de sucesos mundiales que suceden en Internet en cada minuto de nuestra vida. Recordad que no estaba en ningún plan.

Por aquel entonces, directivos de medios de comunicación en prensa, radio y televisión tales como Time, Newsweek o ABC, infravaloraron el potencial del nuevo medio, realizando declaraciones categóricas en las que se negaba cualquier atisbo de disrupción sobre la prensa escrita, TV o radio, haciendo hincapié y resaltando que Internet no había sido concebido para realizar comercio y que sería imposible convertir a clientes consumidores pasivos en usuarios activos dentro de un red.

Tal y como os he comentado en otros posts, ante un gran cambio que tengas delante, la actitud siempre muestra rechazo. Intrínsecamente no estamos preparados para concebir más allá de lo que conocemos, sencillamente porque todavía no lo entendemos bien. Salir de las zonas de confort y abrir los ojos con perspectiva, son ejercicios complejos para los que no estamos preparados.

30 años después, Internet como medio se opera para un 40 % de uso comercial y un 60 % con sentido altruista y colaborativo, en el que todos participamos de alguna manera y en el que en sí mismo, nunca dejamos de ser Newbies (novatos dentro de la red). La capacidad de cambio y transmutación del medio nos convierte a cada usuario en individuos que se encuentran ante nuevos comienzos ilimitados.

Recientemente Gartner ha publicado su «Hype Cycle» anual mirando a 10 años vista y en este año se han incluido el blockchain y el machine learning como los grandes conductores del cambio, tal y como ocurrió en los albores de Internet. A día de hoy no llegamos a entenderlos muy bien, pero están aquí para quedarse y provocar así grandes cambios.

Más allá de hablar sobre tendencias tecnológicas puntuales, lo más importante, y el mensaje que os quiero transmitir, pasa por entender la tendencia natural de la tecnología, pensando sobre las bases fundamentales como los verdaderos impulsores de la disrupción.

El medio por naturaleza, se desarrolla en un entorno exponencial, convergente, combinatorio, descentralizado e interdependiente; las acciones que se desarrollan pasan por digitalizar, desmaterializar, automatizar, virtualizar, optimizar, aumentar y robotizar; las fuerzas por las que se rige advierten sobre la importancia de la anticipación, la predicción, la cognición, la accesibilidad, la compartición, la interacción y la trazabilidad.

El progreso al que nos enfrentamos en los próximos 20 años, comprimirá y acelerará el mismo que hemos tenido en los 300 años anteriores, estamos ante el único medio que es capaz de auto regenerarse continuamente y, es más, el único con capacidad de transformación transversal sobre el resto de sectores industriales.

Pensad en la evolución que ha habido en el industria automovilística en más de un siglo de vida y reflexionar sobre la evolución diversificada de Internet en tan solo 35 años, ¿cómo te imaginas Internet dentro de 20 años y medio siglo cumplido desde su nacimiento?

Por tendencia y naturalidad volverá a los orígenes de su idea inicial y primitiva convirtiéndose en un red de redes de Inteligencia Artificial en la que se fusionarán máquinas y personas en un medio indivisible, pensad en un video en tiempo real a través de un interfaz visual, en el que el hipertexto serán objetos digitalizados que vendrán de IoT y los hiperlinks serán etiquetas de acceso dentro de un mapeo digital interconectado.

Me lo imagino como un Google Maps aumentado y a pie de calle, mezclado con una especie de Amazon de acceso inmediato, integrado e indivisible, en el que el mundo físico y digital es uno a través de un interfaz y en el se hablará con la barra de Google, estamos solo al principio de la era digital, lo que hemos llamado Internet desde hace 30 años está comenzando a mutar, nos encontramos en un punto de inflexión hacia un horizonte totalmente nuevo.

Pedro Trillo, Maverick en vizologi.

vizologi.com

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