Ensayo de un entrepreneur.

Ensayo de un entrepreneur

Lo sé y lo reconozco, no soporto la palabra entrepreneur, la encuentro maltrecha, vapuleada, o que en cualquier caso muy usada, casi llegando a un desgaste que rodea el sinsentido, y mira que pronunciada suena genial.

Se habrán escrito cientos de miles de artículos en torno al tema, desde cualquier ángulo y perspectiva, hasta llegar a gastar la palabra perdiendo la raíz y el significado.

Pongo especial hincapié en todo el grupo del coaching y similares, en los que su tema estrella y recurrente siempre parte o llega al punto de “animar” una acción emprendedora, pero visto siempre desde la barrera.

Como aquel que le gusta el fútbol y va a animar a su equipo (siempre es el que sabe más, aunque nunca haya jugado al fútbol), o como las cheerleaders de un equipo de baloncesto, que siempre animan pero nunca encestan.

Cuando te des cuenta que hay más cheerleaders que jugadores de baloncesto, intenta salir de ese círculo y ve a la raíz, a los que lo han hecho, o a los que lo están haciendo, y con más detalle céntrate en los que han fracasado más que en los que han triunfado, aprenderás mucho más del fracaso que del acierto que es volátil y caprichoso.

Comenzar una empresa, además de intentar poner en marcha una idea innovadora, no deja de ser una yincana de errores y fallos, un proceso de experimentación, no deja de ser un valor de aprendizaje continuo, un ejercicio quasi científico me atrevería a decir, los errores serán tus mejores aliados, convive con ellos, aprende de ellos y cuando lo tengas cerca el acierto, deshazte de todos ellos, perdónalos pero nunca los olvides.

Para llegar al siguiente acierto, te acompañaran más errores, no te preocupes, siempre van a estar ahí, y si vienes de una trayectoria de empresa tradicional en el que el error se paga a un precio altísimo, piensa que emprendiendo, él va a ser el mejor aliado, equivocaté, equivocaté mucho, muy pronto e intenta que sea muy barato.

Ya no estamos hablando de usar metodologías como Design Thinking o Lean Startup. Si no del sentido común, la actividad emprendedora se basa en unas reglas variables y volátiles, para llegar a entenderlas el primer paso pasa por desaprender todas las reglas anteriores tradicionales en las que te basabas, entiende que la incertidumbre y el riesgo te van a acompañar en cualquier punto del camino.

Si tus cimientos laborales y personales siempre se han basado en la seguridad y la certidumbre, olvídate de emprender, esto no es para tí, continúa con tus hobbies a la salida del trabajo, pero no te metas en una actividad emprendedora o vas a pasar un mal rato.

Emprendiendo los frutos se recogen al final, no al principio, tu sueldo no va a aparecer a final de mes, en un largo tiempo, y tus objetivos se llevarán parte de tus ahorros, entiende que estás invirtiendo “en tí mismo”, no estás ingresando un salario mensual en tu cuenta, el premio está al final no al principio.

Por mucho que te hayan mitificado la acción emprendedora, se honesto y piensa si eres de los que le va la marcha, la acción y correr riesgos o por contra de los que se abrazan a las seguridades, no es ni mejor el emprendedor ni peor el no emprendedor, no nos equivoquemos, ambos se admiran, es una cuestión de ser honesto con uno mismo y pensar en como es tu personalidad ¿qué quieres hacer cuando te levantes por las mañanas? y sobre todo y los más importante ¿por qué lo quieres hacer?

Rompe la barrera del no va a ver sueldo a final de mes durante un periodo, libérate y cuando los consigas, verás que el premio está en el largo plazo, rompe el esquema cortoplacista y conformista de mi sueldecito, mis tapitas y mis viajecitos, y entiende que emprender significa un gran sacrificio tanto en tiempo como en esfuerzo, si te pilla flojeras, déjalo, necesitas las pilas muy, muy cargadas, la energía la vas a necesitar en todo momento.

Hay momentos extraordinariamente buenos a nivel personal, llegas a sentir la realización plena, una fuerza que te llena en todos los sentidos, que te hacer sentir realmente útil y satisfecho.

De igual modo hay momentos muy duros, de incertidumbre cuando realizas un producto innovador, de sacrificio cuando te absorbe todo tu tiempo, y sobre todo de romper con todo lo anterior, somos humanos y de costumbres, salir del confort, significa no acostumbrarte a tus experiencias laborales anteriores, a lo que has vivido antes, tienes que explorar y abrir un camino nuevo en el que te encontrarás muchas dificultades.

Rompe el molde, reinventa las reglas, y si estás haciendo algo innovador, desaprende cualquier norma de la que vengas, si no lo haces nunca vas a conseguir algo realmente único y diferente.

Piensa que el por qué de una acción emprendedora innata o natural, busca siempre trabajar las necesidades más complejas definidas por Maslow, llegando a centrarse en Estima y Autorrealización. No emprendas con la idea principal de conseguir dinero, no va a funcionar, intentar mantener ese equilibrio es complejo.

El hastío profesional o laboral viene cuando no llegas a las últimas pantallas del video juego, entonces ves que tus necesidades básicas están cubiertas, pero no alcanzas a resolver las más complejas.

Maslow

Llegado a este punto, piensa que en los primeros años de emprender, debes invertir el orden que llevas grabado en tu cabeza desde que acabaste tus estudios, en el que dedicas gran parte de tu tiempo para conseguir el dinero que cubra tus necesidades básicas, y las no tan básicas, dejando tus “pasiones” en un modo hobby de domingo, o aquello que realizas cuando sales del trabajo.

tiempo — dinero — pasiones

Cuando emprendas intenta invertir el orden y ten en cuenta que lo único realmente valioso es tu tiempo, y lo más importante, en qué y por qué lo inviertes:

tiempo — pasiones — dinero

¿Qué son las pasiones? piensa que es aquello que harías gratis, sin cobrar, aquello para lo que eres extraordinariamente bueno, aquello que consideres que eres único y totalmente diferencial (una vez lo hayas validado), aquello que tengas dentro innato, que no te cueste esfuerzo, y que a su vez sea un campo en el puedas desarrollar un valor extra excepcional, cuando lo consigas el dinero vendrá a continuación.

Siempre me gusta usar el símil de los signos del zodiaco para reflexionar sobre la trayectoria profesional que en algún punto te lleva a la acción de emprender una empresa, yo soy Piscis con ascendencia a Acuario.

Trabajando era un IT Project Manager de Despliegues y Operaciones con una clara ascendencia a Estrategia, Desarrollo de Negocio y Producto, llegó un punto en el que Acuario llegó a tener un valor añadido tan alto y diferencial, que prácticamente dejaba a Piscis en un estado previo de pivotaje continúo, que nunca se pudo llegar a materializar, la idiosincrasia del medio en el que movía anulaba en si misma cualquier movimiento diagonal y lógico.

Soy Millenial y reconozco el gran problema de impaciencia que tenemos nuestra generación, vivimos en una especie loop acelerado, en el que lo queremos todo ya y rápido, nos frustamos muy rápido, y no entendemos los procesos largos a diez años dentro de las empresas.

Mi deadline para emprender lo establecí para que fuera antes de los 36, esta decisión la tomé a los 33, de hecho la gran “idea” me llegó a los 35, familiares y amigos, siempre me han preguntado que por qué no me compraba un coche nuevo o una casa en la playa, mi respuesta ahora y hace 10 años siempre fue la misma. Cualquier mínimo ahorro que pudiera obtener iba dedicado a un fin; montar una empresa y desarrollar una idea propia.

De hecho considero incluso que me he hecho viejo y hasta que llego tarde, pero vamos a por ello, merece la pena. En este último año me he encontrado en el camino con recién graduados de entre 23 a 24 años, con su aplicación nueva en el marketplace, y hablándote con una seguridad pasmosa digno del mismo Steve Jobs, quizá sea lo que más me ha impresionado en toda mi carrera profesional, un chico de 23 años que tiene total y absolutamente claro que su acción emprendedora es totalmente vocacional, y que sin acabar su título universitario tiene clarísimo que quiere ser empresario, ¡bravo por él!

A nivel personal, os puedo decir que no soy el mismo profesional que hace un año, más que transformarme, he mutado en un rol nuevo, me he reinventado y me encanta la sensación, lo haré una y mil veces más, el confort lo encuentro dentro de un proceso de cambio continúo.

Cada día de emprendedor ha sido una absorción de toneladas de nuevo conocimiento, que poco a poco he ido moldeando, alcanzando unos niveles de motivación altísimos, a veces pienso que la mayor motivación laboral se encuentra simplemente en adquirir continuamente nuevo conocimiento, aunque en la gran mayoría de ocasiones se priorice la escala vertical dentro del organigrama.

Un día de emprendedor, lo podría traducir en 10 de asalariado, las reglas son diferentes y el ingenio te hace mantenerte alerta de manera constante, no por mirar a la competencia, si no por ver cómo puedes mejorar tú, y cuanto valor puedes escalar, en lugar de pensar de manera lineal, tiendes a la exponencialidad.

Analiza que según dicen algunos, sólo un 3% de la población es emprendedora, la que dicen que emplea al 97% restante y que del 3% mucho menos del 1% tienen la capacidad innata para innovar.

Luego te recomiendo que te des toda la libertad del mundo para crear lo que que te venga de dentro, date el capricho, cualquier profesional debería hacerlo al menos una vez en su vida, ya sea cuando acabes la universidad o cuando tengas 80 años, es necesario, es muy recomendable, es una experiencia tremendamente enriquecedora.

No sé como llegué hasta aquí, pero aquí me hallo dentro del entrepreneurship, no entiendo si fue causal o vocacional, el dragón siempre estuvo revoloteando, unas veces dormido y otras muy despierto, pero tocó la hora de dejarlo volar con un buen plan de vuelo.

Para que lo entendáis podría cerrar mi empresa dentro de un año, por que ha ido todo muy mal, no hay mercado, nadie lo entiende, yo que sé, el motivo que fuera, que no ha habido suerte, si acabara en un fracaso nunca me quitaría la sensación de haber hecho lo que quería y debía hacer, así como la experiencia de un proceso de aprendizaje único y excepcional, una fase de experimentación y crecimiento, que sencillamente la necesitaba.

El mayor fracaso hubiera estado en no haberlo intentado nunca, en llegar a una edad mirar hacia atrás y decir ésto lo tenía que haber hecho, todo lo demás ha día de hoy ya ha merecido la pena, y siempre será un experiencia única para los próximos pasos.

Mi último consejo os lo resumo en una palabra:

“ACCIÓN”

Pedro Trillo, Maverick en vizologi.

vizologi.com

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