En un mundo de abundancia, la escasez será la atención humana

La publicidad mueve el mundo y la atención es el único recurso valioso que producimos sin ningún tipo de esfuerzo ni entrenamiento. Dentro de la sociedad de la información y de cara al siglo de la abundancia, se puede considerar a la atención como el único recurso escaso dentro de la dinámica de mercado.

Donde quiera que vaya nuestra atención, allí le seguirán los flujos de dinero, en un mundo ya excesivamente tecnológico, ganar a la distracción en pro a la concentración va a ser una tarea verdaderamente compleja.

67,30 billones anuales son los ingresos de AdSense en 2015 para Google, 17,08 billones anules se corresponden a los ingresos de publicidad facturados por Facebook en el mismo ejercicio.

Ambas compañías se caracterizan por ser el referente tecnológico mundial, cuando en realidad se les podría considerar como las mayores agencias de publicidad de la historia.

Vivimos tiempos de geeks, y éstos no dejan de ser los grandes publicistas del siglo XXI, en el cómo utilizan tecnología, pero en el qué siempre se dedicarán a publicidad, respondiendo al por qué de una sociedad exclusiva de consumo.

Cierto es, que en los últimos 20 años el mercado publicitario ha cambiado de manera radical, desde el mercado de masas en el medio televisivo, a la segmentación de público objetivo en los canales de Internet.

Nunca en la historia hemos vivido un momento de diversidad de medios, contenidos, formatos y posibilidades como los que disfrutamos hoy en día, ahora los influencers están en el punto de mira.

Compañías como Famebit (recientemente adquirida por YouTube) sirven de plataforma entre creadores de contenido y marcas, la posibilidad de llegar a muchos nichos de micro comunidades especializadas, eleva a nueva dimensión la micro segmentación publicitaria frente a tu público objetivo.

Fenómenos como la fiebre del Uber for X o Airbnb, están sucediendo a una velocidad de vértigo, y sostengo la teoría que no dejan de ser los primeros esbozos de una economía descentralizada.

Internet como medio en sí es descentralizado, y aunque el invento de Tim Berners-Lee se aleja de la idea original descentralizada, a consecuencia de Google o Facebook (entre otros), nos aproximamos a tiempos de descentralizaciones sin límite controladas por inmensos centralizadores.

Me explico: Blockchain, adquirirá en diez años tal dimensión que las actuales plataformas de intercambio peer to peer las recordaremos como anécdotas, y no es por ninguna ecuación mágica que mira al futuro, solo hay que ver las inversiones monumentales de capital bancario en esta tecnología y quién hay detrás de los proyectos de plataforma de Blockchain que descentralizarán aún más los servicios.

Lo que comenzó como un proyecto de cuatro ciberpunks, se puede convertir en la mayor plataforma peer to peer de servicios descentralizados (muy centrados) y para aquellos que hoy están invirtiendo, será la única manera de controlar y centralizar la disrupción en si misma de su modelo de negocio.

La ola de la descentralización corre como la pólvora y no es descabellado pensar que tarde o temprano llegará a la publicidad.

Hemos llegado a un punto en la que la explotación y rastreo del dato de la cookie que dejamos en la visita a una página, se ha encontrado de bruces con un simple plugin llamado Adblock, que está causando estragos y auténticos quebraderos de cabeza.

Quedando en manifiesto la vulnerabilidad de lo que hasta la fecha es el mayor negocio de la historia para las plataformas en Internet, en los tiempos de cuarta revolución industrial de ‘software’, lo que ganas de manera fácil con una genialidad funcional, lo puedes perder de igual modo por otra genialidad inversa, éstas son las reglas del juego.

Ha cambiado todo mucho respecto a canales y medios, pero en el proceso de Internet, esencialmente actúan los mismos actores de siempre, aunque utilicen diferentes canales, el publicista necesita a un publicador, existe un agente que intermedia y una masa a la que se llega, con un cierto nivel de segmentación.

Lo que podemos asegurar es que ya sea con un Adblock o cambiando de canal en la TV, seguimos teniendo rechazo al modelo publicitario, todavía no se ha llegado a la fórmula mágica de aceptación total y completa.

Vivimos tiempos de prosumers activos más que de consumers pasivos, entendiendo a prosumer como el acrónimo formado por la fusión original de las palabras en inglés productor (productor) y consumer (consumidor).

Ejemplos desde Pinterest a Quora, pasando por Medium (plataforma actual para la que escribo), así como acciones comerciales de Nike ID o Tous by you son ejemplos de cómo nos vamos a relacionar los prosumers con las marcas, los servicios y los productos, me atrevería a decir que cuando compartas este artículo también estarás realizando una acción prosumer.

Imaginad una especie de Pinterest que reuniera todos los banners publicitarios del mundo, desde las marcas de 500.000 trabajadores hasta el blogger con 3 seguidores (muy fieles), en el que accedieras al enlace directo de la publicidad y lo insertaras en cualquier página existente dentro del billón actual que contiene la World Wide Web.

Aquí hasta el individuo con la mínima audiencia tendría la oportunidad de generar clics publicitarios, ya no estaríamos hablando de ‘Influencers’ sino de la micro segmentación llevaba al extremo, la descentralización total del medio y la desintermediación en el proceso de agentes intervinientes.

En la que se publicita se siente cómodo con la publicidad ofrecida y el que la recibe y la prosume tendría un gran grado de aceptación, engage se le llama ahora.

Una vuelta de tuerca más, pasaría por incluso generar cada usuario su propia publicidad o versión de una preestablecida, de modo que se pudiera medir cual de ellas funciona mejor.

En Medium quizá haya un 1 % de escritores que son realmente periodistas, sin embargo la diversidad del ecosistema no tiene precedente. En publicidad puede ocurrir lo mismo, todos seremos de alguna u otra manera amateurs, ya sea escribiendo, o creando un pieza musical en un micro formato de video de 10 segundos, las posibilidades y combinaciones son infinitas.

Pensad que ocurriría en YouTube si entre los youtubers tuvieran la posibilidad de elegir un intercambio publicitario entre ellos mismos (cada uno sería considerado una marca), y quizá en el banner de un canal de clases de guitarra lo más adecuado sería un anuncio de un fabricante local de ukeleles.

Ocurrirá tarde o temprano, el proceso de filtrado y personalización en Internet es irreversible y llegará hasta la elección e intercambio de bienes en la mínima expresión.

Pedro Trillo, Maverick en vizologi.

vizologi.com

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