Inteligencia de datos para el desarrollo empresarial (parte 3 de 5).

Imagen cedida por Franki Chamaki en Unsplash

Vivimos tiempos excepcionales, en los que el valor del barril de petróleo ha alcanzado valores negativos, mientras que el valor del Gigabyte de datos personales alcanza precios desorbitados, para el que viva aún en el escepticismo, que reflexione sobre cómo han cambiado los intereses geopolíticos globales a lo largo del tiempo.

Tuvimos guerras por el territorio con el nacimiento de la agricultura moderna, nos peleamos por el petróleo como la energía de la revolución industrial, y ahora nos hackeamos por los datos como la base de la inteligencia artificial, no dejan de ser movimientos muy sibilinos, casi inapreciables por el ciudadano de a pie, pero me atrevería a comparar la actual situación con la antigua guerra fría.

Y no nos equivoquemos, el activo que se busca, no es otro que los datos de las personas, ¿Por qué? Porque éstos son la base del aprendizaje automático, que en última instancia desarrolla procesos de Inteligencia Artificial, la IA en sí misma, va a ser el activo estratégico por el que nos vamos a pelear países, empresas e individuos.

En esta carrera de la IA, nos encontramos tres velocidades diferentes que se diferencian fundamentalmente en cómo se está gestionando la privacidad de los datos del ciudadano.

A día de hoy China lidera la carrera, allí el gobierno es el que decide sobre el tratamiento y uso de esos datos, culturalmente para los Chinos no hay secretos, no hay privacidad, así es como entienden la libertad, y esta ventaja competitiva cultural les posiciona a día de hoy como líderes en el desarrollo de Inteligencia Artificial, su gobierno posee los datos de sus ciudadanos, y son unos cuantos millones de ciudadanos.

En segundo lugar se encuentra Estados Unidos, allí los datos pertenecen a las megas corporaciones tecnológicas, a los grandes monopolios, los americanos tienen un cierto sentido crítico acerca de cómo gestionar la privacidad en el hecho de establecer unos límites, pero qué duda cabe que se quedan a medio camino, mayoritariamente opinan que las ventajas tecnológicas aportadas a la sociedad superan el debate sobre la privacidad.

Por último nos encontramos los europeos, aquí culturalmente tenemos una opinión muy crítica acerca de cómo gestionar los datos privados de los ciudadanos, estamos contrariados, entendemos el valor del desarrollo tecnológico, pero nos aferramos a nuestros valores liberales de respeto de la privacidad como un símbolo de autenticidad.

Se podría decir, que Europa se sitúa geopolíticamente en medio del choque entre China y Estados Unidos, con Rusia como facilitadora de las dos superpotencias, estamos a medio camino entre la irrelevancia y la irrelevancia, lo que si es cierto es que hace mucho tiempo que regalamos nuestros datos a los americanos.

Luego cuando reflexiones en ¿cómo usar los datos en tu empresa? Piensa en si vendes datos directamente, o procesas datos derivados de otro valor o servicio físico asociado, en el caso de nuestra empresa, el core de la startup son los datos en sí mismos, es conocimiento encapsulado y procesado que lo ofrecemos a través de un medio digital que es Internet.

Es sencillo, cuando creas datos como core y generas por naturaleza más datos, otro tipo de datos diferentes, cuando procesas estos datos, obtenemos análisis, de éstos a su vez se obtienen acciones y de esas acciones se toman decisiones para la empresa, marcando el rumbo hacia dónde va la nave.

Trabajar de esta manera, no significa renunciar a la visión o a la estrategia de un empresa, si no que te resuelve de manera extraordinaria un millón de problemas inherentes asociados al hecho de trabajar en el día a día a “ciegas” o sin información, más que una buena práctica, se trata del motor de tu empresa, la dinamo que mueve los engranajes.

Trabaja en tiempo real, usa los datos de manera inteligente, no caigas en la trampa de ya vendrá el informe trimestral o semestral,  y para entonces tomaré las decisiones; No, olvídalo, trabajar con datos de manera ágil y flexible, significa que ya has incorporado en análisis de esos datos en las actividades de tu día a día, para que puedas tomar decisiones instantáneas, no existen informes mensuales si quieres ser ágil, existe un proceso de micro acciones continúo y retroalimentado.

Piensa en los datos como un generador continúo de valor en tu empresa que nace desde el cliente y se dirige hacia el cliente, tu función es la de moldear ese espiral continúo de retroalimentación.

Mi recomendación pasa por diseñar un flujo de trabajo en el que siempre tengas como entrada un dato, y obtengas a la salida otro dato procesado, en esta cadena deben aparecer todos los actores de tu compañía.

Combina y compara tus datos, sal de tu ámbito único, no tienes por qué ser una gran corporación para usar plataformas de Big Data.

La información a gran escala te ayudará a entender mejor tu pequeña escala, si no sabes que está ocurriendo en tu mercado, de una manera cuantitativa y cualitativa, no vas a entender bien lo que está sucediendo dentro de tu compañía, las empresas no dejamos de ser una pequeña representación a escala de tu mercado.

Confía en tu instinto, pero no dejes de analizar tus datos, los instintos fallan, pero los datos fallan menos, a día de hoy si tu empresa está mínimamente digitalizada,  dispones de acceso a herramientas brutales para la captación y procesado de datos, y en la gran mayoría de los casos estamos hablando de plataformas gratuitas, o con una mínima inversión.

Se puede medir toda la experiencia de cliente, desde la primera referencia con tu marca, hasta el último pago tras una cancelación; Éstas son las ventajas competitivas de ser digital, aprovecha el momento, aquí está la clave competitiva, ya sea un país, una empresa o un individuo que vive en sociedad, el modo en el que hoy gestionas tus datos, mañana te dará los frutos.