Esto de lo digital, no deja de ser cultural (parte 1 de 5).

Cultura, cultura y por último cultura, os habla en fundador de un startup tecnológica que desde el primer al último bit es 100% digital. Esto no va de añadir más tecnologías y herramientas en tus procesos, sino de crear una cultura digital auténtica y genuina, aquí es donde se cuece la verdadera transformación.

Por inercia, dentro de los procesos de transformación de las empresas, se tiende a poner el foco en la actualización tecnológica de antiguos procesos analógicos y farragosos, que se resolverán milagrosamente con el despliegue, implantación y acumulación de sistemas, herramientas y software que crecen como setas en la organización.

Entendemos que la base hacia el cambio del mundo digital la tenemos en esa modificación de procesos, cuando en realidad todo empieza desde la base cultural de la empresa, no desde los procesos, que no dejan de ser herramientas de gestión.

Todo empieza desde dentro, desde lo más básico, desde los valores, desde tus valores como persona, éstos son los pilares de lo que en tu empresa se conoce como la cultura y ésta comienza de arriba a abajo, el máximo responsable de la organización, es a su vez el elemento clave en la que se cimentará la cultura de tu empresa hacia abajo.

Lidero una microempresa, con un microequipo, en un micronicho de mercado, no aspiro a tener un equipo de 30 trabajadores, ni de 100, ni quiero facturar 4 millones de euros en 2025, a estas alturas, no sé si soy buen o mal empresario, pero si algo he tenido claro desde el inicio, que mi tamaño iba a ser ese.

Un tamaño pequeño, algo casero y muy manejable, algo que en el mejor escenario de crecimiento explosivo, continuará siendo pequeño, mi obsesión se centra en dos variables, cuál va a ser mi margen bruto que ronda el 95% y como puedo aumentar mi factor de escala con los recursos que dispongo.

Mi objetivo es el de aprovechar y exprimir todas y cada una de las ventajas de ser 100% digital hasta la última gota, pienso sacarle todo el jugo.

Observo con atención a mi generación anterior de empresarios, y noto que ellos sí que le dan mucha importancia a la creación de equipos grandes, al alardeo del aumento de número de empleados como signo de salud empresarial, al hecho de conseguir añadir valores físicos dentro de la empresa como valores al alza, etc.

Y pienso … hay algo que estoy haciendo mal, o voy en la dirección opuesta, mi foco está al contrario, en cómo voy a desmaterializar mi empresa hasta la mínima expresión, en aligerar el equipaje, vamos lucho por el concepto de que mi empresa quepa en mi bolsillo, así definiría el concepto.

“Si tu empresa no cabe en el bolsillo, es que aún no te has digitalizado”.

Desde cualquier parte del mundo, con un móvil y una conexión a Internet, gestionamos completamente a vizologi, no necesito absolutamente nada más, si a esto le añades una caipiriña completaríamos el número de “valores físicos” que necesitamos para gestionar la empresa en remoto.

Valores fundamentales para los cimientos digitales.

La mesas tienen cuatro patas, las culturas tienen cuatro valores, esto es muy sencillo de decir, pero muy difícil de implementar, los cimientos en los que se sustenta una cultura de empresa digital se basan en el concepto de envolver y girar en torno al cliente, en usar la inteligencia de tus datos para el desarrollo empresarial, en la agilización de las operaciones como proceso de iteración continúo y en la filosofía de trabajo en remoto.

Innovación centrada en el cliente.

Todo se resume al girar el eje de rotación de tu empresa; La vieja escuela, nos enseñó que todo giraba alrededor del producto o servicio de la empresa,  aquí se creaba el valor empujando hacía el cliente, en lugar de recoger desde el cliente, este ligero cambio en la gramática altera desde la raíz el enfoque de tu empresa.

En el mundo digital o en el analógico, no importa, el core de tu negocio no es el producto ni el servicio, ni los egos de tu empresa, aquí y ahora se debe encajar las necesidades de tu cliente como el core y motor que mueve tu empresa.

Que tu cliente te exprese sus necesidades, no quiere decir que te resuelva tus problemas, o que te ayude a definir tu producto o servicio, no, ese es tu trabajo no el del cliente, las soluciones las aportar tú, no dejes que el cliente aporte también la soluciones, mejor déjalo que te exprese sus problemas.

Inteligencia de datos para el desarrollo empresarial.

Te sorprendería saber la inmensa cantidad de datos que generas al día desde que te levantas, pues bien, tu empresa genera diez o cien veces más datos que tú, tu propósito trata de capturarlos, procesarlos, analizarlos, integrarlos en tu gestión, entenderlos y aceptarlos como las entradas de la estrategia de tu empresa.

Nunca ha sido más fácil la captación de esos datos, una de las ventajas de ser digital o no, depende en gran parte de cómo gestionas los datos, tus clientes generan datos continuamente, gestiónalos adecuadamente, éstos son la base de tu estrategia, la guía para tus decisiones.

Ser digital, significa que dispones de las herramientas tecnológicas para capturar los datos de tu clientes, además los procesas, los analizas y los entiendes, y por último los pones encima de la mesa en la tomas de decisiones estratégicas de tu compañía.

Agilización de las operaciones como proceso de iteración continúo.

El mundo cambia extraordinariamente rápido, simplemente piensa que para poder adaptarte a esos cambios,  a los cambios que va realizando tu cliente, tienes que disponer de una gestión de tus operaciones realmente ágil y flexible.

Rompe el concepto de las planificaciones a medio y largo plazo, en un mundo “Agile”, piensa en el día a día, en la semana, en el mes, crea ventanas de trabajo de un mes, si encapsulas el tiempo de este modo, puedes responder a la continua necesidad cambiante del mercado y de los clientes.

Si te basas en planes anuales y grandes planificaciones del medio y largo plazo, nunca vas a conseguir ser “Agile”, es más no vas a entender la filosofía que hay detrás.

Más que la implementación en sí de la cultura y el proceso de gestión ágil, entiende que para responder a un mundo que cambia de una manera extraordinariamente rápida, tienes que adaptar tu forma de trabajo en periodos de un mes como máxima.

«En Agile, lo único constante es el cambio»

Filosofía de trabajo en remoto.

Rompe el molde del presentismo laboral que tanto daño hace a empresas y empleados, el trabajo el remoto te permite conciliar y balancear mejor tu trabajo con tu vida, explota todas las posibilidades de ser digital, la deslocalización y la ubiquidad, son los dos grandes vectores en los que se basa la cultura digital,

La gente trabaja por un propósito, o deberían trabajar por un propósito que no sea el monetario, y el talento está en cualquier parte del mundo, no tiene sentido que encierres a todos tus empleados en un oficina, si no le has transmitido tu propósito.

Si no has establecido un lazo de confianza, no importa trabajar desde el Kilimanjaro o desde Copacabana, lo que importa es el compromiso y la responsabilidad, lo demás son hábitos de trabajo y de vida cotidiana.

«Nunca hemos vivido un momento en la historia como este, en el que desde cualquier punto geográfico, puedes colaborar con cualquier persona del mundo.»

Las herramientas existen, pero entender que lo importante es la filosofía de crear lazos de confianza en el otro que se encuentra a cientos o miles de kilómetros de distancia, esto no hay software colaborativo que te lo enseñe.